-¿Comienzas el lunes?-
– Pero Cace, si acabo de volver a Madrid. Tengo que dejar una casa-
– ¿Bueno en cuánto estás aquí?-
– No sé. ¿Me das un mes?-
– ¡Un mes! Ni de coña L, nos dejas en bragas. Tenemos que cubrir el puesto ya.
– Vale. De acuerdo. 15 días.-
– Vale. 15 días.-
– Te llamo el lunes y te confirmo. Tengo que planear cómo lo hago. Tengo que consultar… El lunes….-
– Pues hasta el lunes.-
– Cace me has abierto las puertas para volver ¡Tú!-
Así terminó la conversación con el ‘Capitán’. Así llamaba yo a Cace hace 14 años, ¡Oh capitán, mi capitán! Cace forma parte de un viejo grupo de amigos y colegas de profesión. No hablo con él seguramente desde hace 10 años. A él directamente no le pedí que me devolviese a Las Palmas. Y tampoco creía que él lo hiciese. Conozco a Cace. Su oficio está primero que cualquier cosa y solo tendría en cuenta a alguien por el bien hacer de su oficio.
Cace sin quererlo fue un mentor. Alguien a quien quería como amigo y admiraba como periodista. Junto a él disfruté de momentos divertidos e inteligentes acompañados de otros amigos tan queridos, apreciados y admirados. Especialmente Leti, y Anita. Personas a las que con cierto complejo sentía como grandiosas. No tenían que demostrar que eran buenos profesionales. Son buenos profesionales. Mientras tanto, yo me veía a mí misma con la necesidad de demostrar. Sigo haciéndolo.
Esos amigos, cuando me fui de Las Palmas me regalaron un cuaderno de dibujo y rotuladores gráficos porque yo en ese entonces planeé ser ilustradora. Soy fantasiosa queridos, uno de mis defectos o virtudes. ¡Qué se yo! Y en esa época pensé que podía crear cómics ¡Ja! La idea se me fue de la cabeza cuando me vi un año después intentando pasar las pruebas de la Escuela de Arte entre arquitectos recién licenciados.
-¿Pero qué coño hacen estos aquí?– Me pregunté alucinada –Sí ya saben dibujar los hijos de puta.
Mis amigos siguieron sus vidas en las Palmas creciendo profesionalmente como toca. A ellos, sin duda, les tenía que tocar porque como ya digo eran más que buenos profesionales. Mientras tanto yo en Madrid repetía el partir de cero con cada nuevo trabajo y repetía el tener que demostrar.
Esos amigos, con los que no intimo en 14 años me escucharon en su día decir me voy a Madrid, quiero dibujar. Por respuesta me dieron una libreta y unos rotuladores. Esos amigos hoy me han escuchado decir quiero volver a Las Palmas, quiero escribir. En 20 días Leti no ha parado de mirar ofertas, Ana me cerró una entrevista en Tenerife y Cace me ha llamado para decirme ‘Te espero el lunes’.
10 años en Madrid y cada día he tenido que demostrar.
Una frase un día cualquiera en Las Palmas y en 15 días tengo que empaquetar para el resto de mi vida.
Tras colgar el teléfono me he quedado bloqueada. ‘¡Madre mía, madre mía! me he repetido mientras transpiraba a golpitos y soltaba las plantas que tenía intención de comprar para sustituir a las que irremediablemente han matado el calor de Madrid.
Tuve el impulso de contárselo a alguien al que por producto de mi mente fantasiosa creía que le importaría. No me contestó al mensaje. Sonreí y lo dejé pasar. Mejor, me dije ¡Qué tonta!. Entonces ya hice la lista de aquellos a los que realmente sí les importo: Mi tío, Leti, Ana, Mapi, Kani, que ya me está buscando piso, Ele, Las 8, Evi, mi ex-cuñada, la Ratita… Me faltan otros grandes amigos. Poco a poco, me dije.
Tareas de hoy que me he marcado mentalmente: Arreglar lo del coche, mandar un correo por el corto que hicimos hace un año y que precisamente ahora se va a proyectar en gran pantalla, comer y planificar.
En la lista para el lunes está previsto llamar a Cace, asegurarme y preguntarle: ¿Te parece bien empezar el 15 o 19? y explicarme ante personas con las que tengo compromisos adquiridos.
He seguido con las llamadas. Mañana tengo pensado cumplir con lo que ya había planeado: Una barbacoa en casa en compañía de buenos amigos. El domingo me iré al Molly Market a ver a la linda Liliana que está trabajando allí.
Y el lunes me levantaré para darle cuerda a la cuenta atrás. Diez años después parece que es una realidad que me vuelvo a Las Palmas con un coche, un perro, mis cómics, y… con ganas de demostrar.
Pero, nada está cerrado y hoy el miedo me tiene paralizada. Al miedo, por supuesto, le doy de plazo hasta el lunes. Nos conocemos y él sabe muy bien que en dos días le doy una buena patada.
¿Saben qué significa literalmente devolver?: ‘Hacer que una persona tenga de nuevo lo que había dejado de tener’ o ‘Hacer que una persona o una cosa vuelva al lugar o al estado en que estaba antes’. Curioso ¿Verdad?
Hoy se lo dedico a esos viejos amigos, compañeros y colegas: Leti, Ana y a mi ¡Oh capitán, mi capitán!
Laura, bienvenida a casa!!!!!!!!!!!!
Me gustaMe gusta
Muy bueno, me gustó el post
Me gustaMe gusta
Gracias
Me gustaLe gusta a 1 persona