Ayer vomité. Me cogí una buena. Intencionada. Me dije- Laurita p’ el embiste que preparas te vas a tener que emborrachar- Yo soy muy cumplidora con mis decisiones y en ésta me apliqué de lo mejorcito. Pues eso que me emborraché para terminar una relación que me estaba machacando el alma. Sabía que la mejor manera para terminarla es asustando y para esa intención no hay como gritar, insultar, machacar, reprochar, exigir, amenazar, llorar y acosar. Lo hice to, toito. Ya digo que soy muy aplicada. Ahí he dejado al cobardica escondio de la loca que solo quiere abofetearle p’ probar si algo le duele.
En fin. Hoy he seguido un poquito más porque también soy pesada. Y cuando la rabia me ha dejado relajarme un poco me he puesto a escribir. Me ha inspirado un toro bravo y un torero sin honor. Terminando el relato, que tiene su conqué, aparecen por wasap las 8, sin más: ‘Laurita, tú te vienes p’ Las Palmas. Sí o sí‘. En esta ocasión, no me he rebelado. He respondido -‘Vale. De acuerdo, locas, vamos a ver dónde coloco a Dako’- mientras observaba las fechas del billete que me han comprado ‘Las 8, sin más‘.
Cuando digo alguno de los míos, hablo de ‘Las 8, sin más’. Cuando nombro a mi familia, nombro a ‘Las 8, sin más’. Cuando expongo la amistad, exhibo a ‘Las 8, sin más’. Y cuando necesito protección, acuden ‘Las 8, sin más’. El día de hoy es un ejemplo.
‘Las 8, sin más’ son mis amigas de Las Palmas, las de siempre. Esas que se dicen de toda la vida. Con las que has dormido, llorado, reído, gritado, enfadado, reconciliado, compartido, desvelado, bebido, comido, amado, odiado, caminado, crecido. Vamos, con las que se comparte la vida.
‘Las 8, sin más’ son en gran parte causantes de lo que soy en mi parte optimista. Son las que me hacen sentir esperanza en el ser humano. Son fidelidad, compromiso, amor incondicional, respeto, cariño, comprensión. Todo lo bueno de la humanidad. Y, son 8, sin más.
Así bautiza el grupo Leila Medina Gens. La Gata Negra. Firme, la muy jodia. Le importa un carajo si otras quieren estar o no en ‘Las 8, sin más’. Ella dice:- Que somos 8, coño, y ni una más-. Y las demás reímos y aceptamos. Tiene razón, verdad Kani, somos 8, sin más. La gata negra siempre está leyéndome p’ ver cómo me encuentro. Me huele el dolor, pero no lo ensalza. Está ocupada, tiene dos niñas, una separación y también una vida que arreglar. Pero tiene tiempo p’ leerme y decirme Te Quiero.
Kani, Kani. Cristina Hernández Acosta. Mi hermana putativa. ¡Madre mía! lo que me ha aguantado Kani, Kani. El Alma Traviesa. Ahí, en la lejanía anda con otra Meneses, mi prima Elena, la Bruja. Yo creo que se ha hecho uña y carne con ella p’ sentirme un poquito más a su lado. Kani, Kani, a veces con Ele, otras con otros, me llama en esas ocasiones que está divertida, feliz, se siente bien. Y se acuerda de mí. Me llama como diciéndome: -Pena que no estés aquí. Te lo pasarías tan bien-. Cuando hablo con ella p’ contarle alguna pena, parece que la veo regañando la cara, sacudiendo la mano al aire y decirme ‘No te empeñes coño’. Me encanta su ‘no te empeñes, coño’. A veces, cuando estoy en bucle mental me digo: No te empeñes, coño, imaginándomela a ella. Hace poco me llamó y reclamó. Oye, ¿y de mí cuándo vas a escribir? Madre mía, Kani Kani, no hay letras para describirte a ti, querida. Ella también me llama y me escribe para decirme: Te Quiero.
Bellito. Elena Bello. La Sin Pena. Que no es que no la tenga. Es que no le da la gana de lucirla. Y los problemas los cuenta sin problema, y no parecen problemas. Lo arregla todo ella, solita. Con dos niños a los costados y otro en la espalda. Con el marido en la lejanía y el reloj como compañía. La Bello habla sin parar, con un tono que produce alegría. Profundiza en la vida con sencillez y dignifica la amistad con mucho respeto y amor. La bello, que el año pasado se enteró que habla dando manotazos en hombro ajeno. Todavía me estoy riendo de su cara de sorpresa cuando le dije: ‘Elenita amor. Si te vas a sentar al lado mío, por favor, evita los manotazos’. Bellito, amor, sé que Las 8, sin más aguantaríamos tus elocuentes manotazos solo por disfrutar de tu compañía. La Bello, La Sin Pena, también me dice: Te Quiero.
Va a ser largo. Son Las 8, sin más.
Virginia Torres. La firmeza y el sentido común. Yo creo que es la que mejor tiene la cabeza. La firmeza siempre ha estado en mi vida con firmeza. Habla pausado, escucha, reflexiona con sentido, expresa con coherencia y guarda su intimidad con mucho recelo. Siempre he pensado que yo no puedo ser muy buena amiga de Virginia porque no le he podido ni aportar la mitad de lo que ella ha dado. Virginia Torres lo sabe todo. conoce a todos y siempre me deja con un hueco mental cuando dice: ‘Si, hombre Pepito, aquel que conocimos aquel año, en aquel sitio y que hizo tal cosa’. Está empeñada en que yo tengo esa privilegiada memoria que se le ha otorgado a ella para recordar al Mundo. Torres, curioso el apellido que la representa, también me dice Te Quiero.
Araceli León. La Pura. Mi debilidad y la que ha terminado sintiendo más mi dolor y mi peor yo. La discreción, la timidez, el sentimiento secuestrado. La niña más noble y buena que he conocido. Me cuesta hablar de Ara. No porque no quiera. Es que sé que si hablo de ella se va a enfadar. No le gusta mostrarse al mundo. Así que solo diré que cuando yo lloro La Pura llora. Arita siempre quiere protegerme en su playa. Cree que así no sufriré. Arita siempre me ha dicho Te Quiero.
Mavi Naranjo. La Sensible sin Ñoñez. Con Mavita viví en Londres. Charlabamos y charlabamos y en muchas de esas charlas su emoción brotaba por sus ojos, en silencio. Mavita cuida a los suyos como una matrona. Mavita nos ha proporcionado momentos de adolescencia brillantes. De esos que unen p’ siempre. No ostenta su bondad. La practica sin esperar elogios. Es increíble el talento que tiene Mavi para no presumir de sí misma. Yo digo que Mavita alimenta el alma y el estómago. Con sensibilidad y sin ñoñez. Protege cuidando de no herir el honor. Eso ha hecho conmigo Mavi con su último gesto de Te Quiero.
Mapi Placido. La Genialidad. La amiga que me vuelve loca. La mejor locura del mundo. La amiga a la que más he criticado y admirado. No dejo de aprender de ella y con ella. Es impresionante. Es un torbellino lleno de energía. Tanta que me preocupa. Le digo ‘Para Mapi, para’. Mapita me desesperaba, engullía y agotaba. En este año, gracias a que somos más mayores y que ella ha gastado un poquito de esa energía, he conseguido entenderla, seguirla, dejarle en su libertad, aceptar que la genialidad no se rige por normas de sociedad. Mapi se ha metido en mi piel, literalmente, tanto que me digo ‘¡Dios mío, hay otro yo andando por ahí!. Anda mejor que yo. Con Mapi acabo de hablar. Ha colgado diciendo: Te Quiero.
Y yo cierro a ‘Las 8, sin más’. Sigo preguntándome qué coño bueno habré hecho yo para tener a estas ya grandes mujeres como familia. Hace muchos años, mi madre me dijo algo desafortunado: ‘Aprovecha a tus amigas, que con los años desaparecen’. Pues parece que mi madre se equivocó. Creo que no le importaría y que le gustaría saber que con los años mis amigas han estado aún más conmigo, si cabe.
Bueno, pues voy a comenzar con los preparativos para irme porque ‘Las 8, sin más’ y sin mí han decidido que yo para Navidades tengo que estar en Las Palmas, Sí o Sí.
Gracias amigas. Les quiero
Adivinen a quien va dedicado. Efectivamente a las siete de ‘Las 8, sin más’